Probeta.-
La zona o testigo de muestreo elegida para evaluar este apartado es una pared de obra vista (ladrillos).

En una primera impresión puede parecer una probeta “casera” pero si reflexionamos en base a los argumentos siguientes, veremos que, sin llegar a ser la perfecta, es la más razonable y efectiva. Una pared previamente chequeada nos proporciona una superficie rectangular, regular, con suficientes marcas útiles para su medición y muy flexible de utilizar. Es igual de efectiva que cualquier plantilla de estudio con la ventaja estratégica añadida de unas dimensiones muy superiores, tamaño que en un estudio normal sería imposible ubicar. El tamaño necesario es el que me condicionó de manera especial hacia este elemento.

Dadas las distancias variables de medición y las dimensiones de encuadres posibles se hacía imperativo escoger este tipo de probeta o una similar. Además de estas premisas también ha influido el que sea una superficie publicable y contrastable por el interesado. Siempre valoro mucho la posibilidad de visualizar la probeta a otros componentes quizás más estéticos y/o comerciales pero que no son visualmente representativos ni tienen la posibilidad de ser reproducidos por el interesado.

Hubiera sido más barato y cómodo seguir el método de una carta segmentada de 120 cms. x 80 cms. pero, por los argumentos que podréis leer a continuación, veréis que ese método arroja unos valores muy superiores al elegido, unos valores que se obtienen en unas condiciones de distancia de enfoque muy forzadas.


Aclaraciones.-
La distorsión geométrica producida por un objetivo en una misma focal no es igual ni directamente proporcional cuando la distancia de enfoque varía (ver artículo sobre este tema Æ).

La curva establecida por el % de distorsión en (x) y la distancia del objeto en (y) nos proporciona una curva elíptica. Además cada objetivo, debido a su propio diseño óptico, tiene una progresión distinta. Por ello no es extrapolable una medición a muy corta distancia, más aún si se trata de una gran angular con el que realizaremos tomas a unas distancias +/- de 5 mts. a infinito.

Las distancias de enfoque que uso en las pruebas, de cara a no forzar en exceso la óptica en distancias muy cortas, las he alargado en lo posible para que se acerquen a las condiciones de uso.

Por una parte no es habitual fotografiar con un gran angular un objeto o persona a 1 ó 2 mts. de distancia como tema exclusivo, para esa distancia utilizaremos como mínimo una focal de 35 mm. o 50 mm. Pero también puede darse el caso de que una figura rectilínea, parte de un edificio, una puerta, etc. se encuentren como parte de la toma a 2 mts., en un lateral y el tema principal a 10 mts. de distancia o más. Ejemplos: en el altar mayor de una iglesia (una columna en el lateral), el interior de una habitación, una puerta, etc... es muy desagradable ver como el lateral de la imagen a máximo angular se deforma o la figura de una persona se abomba, etc…

Después de hacer bastantes pruebas, y siempre bajo la forma de reproducir las posibles situaciones reales y de situar a la óptica en un momento menos forzado, determiné que la distancia mínima aconsejable para realizar las pruebas eran de 2.0 y 3.0 mts. para focales angulares y de 3 a 5 mts. o más para los de 50 mm. en adelante. Aproximadamente coincidía en aplicar X10 a la focal de la óptica.

La distorsión es un defecto difícil de eliminar de forma especial en angulares extremos por ese motivo se debería conocer su rendimiento antes de adquirirlos, asumirlos si los valores son altos o pagar lo que se estime oportuno por otro producto mejor corregido.

En este apartado se hacen dos pruebas, una en formato APSc para todos los objetivos y otra en 35 mm. para aquellos que lo sean o se prevea su utilización. Algunos potenciales compradores de ópticas de calidad piensan en estos momentos llegar algún día a poder usarlos en su focal sin ningún recorte y querrán ver este apartado en ese formato.

 
Encuadre a 3,5 mts. con un 35 mm. en formato completo.
 

Muestra gráfica de distorsión geométrica negativa (barrilete) con inversión muy ligera.

Muestra gráfica de distorsión geométrica positiva (cojín) sin inversión.

En muchos objetivos y zooms, especialmente en los angulares, la evolución de la distorsión negativa no es linealmente progresiva aunque sea simétrica. En el último tercio del radio, dependiendo del diseño óptico de cada uno, se produce un cambio o inversión de la trayectoria. El efecto que vemos con un objeto rectangular es la reducción del ángulo convergente hasta alinearse con el plano horizontal del marco para después iniciar una trayectoria inversa a la anterior. A este tipo de aberración con inversión final se le denomina habitualmente "bigote". De hecho tenemos dos tipos de distorsión dentro del círculo, primero la negativa en los 2/3 centrales y después la positiva +/- en el último tercio.

Cuando un objetivo presenta esta variante los valores finales de la esquina que se miden son los que hubiera tenido sin esta inversión, denominándose "valores estimados". Coger los finales nos llevaría a obtener unos valores muchos más bajos pese a tener en los 2/3 centrales una deformación muy superior.

Muestra gráfica de distorsión geométrica negativa con una inversión muy importante.
 

Harsat H 20/2,8 en 35 mm.

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