Etiopía 2010
Equipo utilizado - Índice de artículos.

 

28-4-2011


Introducción.- [G. Pierre]
En esta página vamos a comentar las particularidades del equipo que "nomada" usó en su Viaje a Etiopia durante el pasado Otoño. Un viaje de más de tres semanas que iremos conociendo a través de sucesivos artículos. En la zona inferior tenéis el Índice de todos los Artículos de este Viaje


Como el mismo nos comenta a continuación, la elección del equipo la hizo de forma personalizada, es decir teniendo en cuenta los sitios, espacios y metas fotográficas de este País. Paisajes muy amplios, retratos, interiores reducidos poco iluminados, ambientes con mucho polvo, humedad, etc...

Sobre las marcas y modelos que se describen a continuación no existen ningún motivo comercial. "Nomada" realizó la selección durante varias semanas así como exhaustivas pruebas previas con la finalidad de simular la gran mayoría de situaciones con las que se iba a encontrar.

Sin más preámbulos pasamos al equipo.


E
quipo:

Cámaras:
Canon 5D, Nikon D700, Panasonic LX5

Objetivos: Canon 16-35/2,8 L II, Canon 70-200/2,8 L IS II, Nikkor AF-S 24-70/2,8 G ED

Mochila: Lowepro Flipside 400 AW

Disco duro: Nexto eXtreme ND2700

Flash: No

Trípode o monopié: No

Baterías de repuesto: 4 u. Canon BP-511, 2 u. Nikon EN-EL3e, ninguna para la LX3

Filtros: Un filtro B+W UV protector para cada objetivo.

Tarjetas: Sandisk Extreme IV 4Gb, Sandisk Extreme 8Gb, Lexar Professional UDMA 4Gb

Limpieza: Pincel de maquillaje y spray con bayeta (de óptica) para lentes y LCDs

Correas: OP/TECH USA

 

Comentarios respecto al equipo:

¿Por qué decidí llevar este equipo?:

Cuerpos: Normalmente viajo con una FF como cuerpo principal al que va pegado un 24-70mm y una pequeña APSc como segundo cuerpo de apoyo para montar las focales extremas, especialmente en tele ya que el factor de recorte amplía la distancia de alcance del zoom.

De esta forma me evito andar cambiando constantemente de ópticas, gano en rapidez de movimientos y reduzco la fricción entre objetivos y cuerpo, una operación que normalmente se hace con prisas y de pie (sin puntos de apoyo). En estas operaciones sufren mucho las partes metálicas y los contactos electrónicos, y además, la cámara del espejo no está tan expuesta al polvo, especialmente el del cuerpo que lleva el 24-70mm.

En un principio pensé en seguir mi vieja norma, FF y APSc de apoyo, pero preparando el viaje observé que Etiopía no es un país ideal para hacer safaris fotográficos. Para eso están Tanzania, Kenia o el Congo. Etiopía es un país de paisajes, retratos e interiores, así que entendí que llevar focales muy largas no tenía sentido.

Por otra parte, fotografiar en el África negra es peliagudo: la luz solar tiene una gran intensidad lumínica y la piel de las personas es tan oscura que a veces desprende destellos azulados.

Fotografiar gente de raza negra rodeada de una luz tan potente supone un verdadero problema a la hora de medir la fotometría de la toma.

Dónde bloquear la medición, ¿en el rostro?, ¿en la tierra de la sabana?, ¿en la ropa?... ¿Cómo y cuánto habría de compensar la exposición?

Todas estas cuestiones me llevaron a la conclusión de que debería llevar un par de cámaras que pudieran tener una gran capacidad de recuperación de luces y zonas oscuras; era la mejor forma de asegurar resultados.

Finalmente las escogidas fueron la Nikon D700 y la Canon 5D, ya que en las semanas previas al viaje la Canon 5D MarkII estaba agotada en todas las tiendas y era imposible hacerse con una.

Ópticas: Escogí el Canon EF 16-35/2,8 L II y el Canon EF 70-200/2,8 L IS II para alternarlos en la 5D y el Nikkor AF-S 24-70/2,8 G ED para llevarlo fijo en la D700.

Podía haber metido en la mochila el Nikkor AF-S 14-24/2,8 G pero es bastante más pesado y voluminoso que el Canon EF 16-35/2,8 II y ya llevaba la mochila con demasiado peso.

Por otra parte, sabía que iba a hacer mucho retrato en la zona de las tribus y que visitaría muchos mercados. Nada mejor que el Canon 70-200/2,8 L IS II que, montado sobre una cámara FF, permite fotografiar primeros planos y actividades diversas desde una distancia discreta, sin invadir el espacio del fotografiado.

Mochila: La Lowepro Flipside 400 AW es un modelo que me gusta para viajar porque ofrece dos argumentos muy interesantes: la tapa y cremalleras de acceso al compartimento principal, donde va el equipo, se abre por la zona dorsal, tienes que quitarte la mochila para poder abrirla.

Este detalle es muy importante porque cuando estás en un mercado o en una calle muy concurrida siempre puede haber algún “cazador de guiris” que, aprovechando el tumulto, te abra la cremallera y se lleve lo primero que encuentre.

La segunda virtud de esta mochila es que no es necesario dejarla en el suelo para coger algo de ella o cambiar objetivos. Basta con sacar los brazos de los tirantes, girarla hacia adelante y abrirla. La mochila se mantiene sujeta por el cinturón. 

Disco duro: A mi modo de ver los Nexto eXtreme son la mejor opción para llevar a un viaje. Hoy en día las tarjetas de memoria que llevamos tienen gran capacidad. Ha llovido mucho (¿o no tanto?) desde aquellos tiempos en que llevábamos dos tarjetas de 1Mp...

Los archivos pesan mucho y necesitamos tarjetas capaces. Copiar 4, 8 o 16GB en un disco duro puede llevar mucho tiempo, pero no para los Nexto. Para volcar una tarjeta de 4Gb un Nexto eXtreme necesita 3 minutos mientras que el más rápido de la competencia emplea 8 minutos, casi el triple.

La rapidez de volcado es muy importante porque la duración de la batería de los discos duros (de todos) es escasa, y sobre todo aquellos que tienen pantalla para visionar las fotos, esos modelos se la devoran, así que cuanto más lento sea el disco más tiempo estará encendido y más batería consumirá. O estamos pendientes a diario de cargar la batería o podemos quedarnos sin disco duro. Un Nexto eXtreme garantiza muchos Gb volcados y bastantes días sin recarga eléctrica.

Baterías de repuesto: Suelo llevar como mínimo una de repuesto, y en este viaje con más razón porque iba a pasar varios días acampado en el Valle del Omo, donde habitan varias de las tribus más importantes del país.

Filtros: Cuando salgo un fin de semana en plan tranquilo a fotografiar un pueblo o un monasterio no suelo poner filtros. El equipo va en el maletero del coche y es una excursión cómoda, pero en los grandes viajes me gusta llevar filtros.

O hay mucho polvo en suspensión, o el viento azota arrastrando arenilla que entra con violencia en los entresijos de la lente, o llueve y las gotas dejan manchas de lodo, o accidentalmente toco el cristal con los dedos manchados de sudor, o…

Unos buenos filtros apenas afectan a la calidad de la imagen, garantizan la estanqueidad del zoom y junto al parasol son el mejor parachoques.

Tarjetas: Hoy en día cualquier cámara compacta produce archivos de 12 o más Mp. Las modernas réflex ya están por encima de los 16 Mpx. por cada archivo JPEG lo que hace imprescindible equiparse de tarjetas de 4Gb u 8Gb si se dispara en modo .RAW.

Limpieza: Por las noches, cuando ha terminado el día y antes de acostarme, copio las tarjetas al disco duro y mientras tanto limpio el equipo. Para ello me sirvo de un pincel grueso de maquillaje con el que limpio el polvo y arenilla de los objetivos y las zapatas de flash y tarjetero. 

¿Por qué un pincel “de maquillaje”?, muy sencillo, porque tienen la punta del pelo redondeada, son extremadamente suaves, tupidos y no rayan el cristal. La mala noticia es que son bastante más caros que un pincel normal, pero son para siempre.

Después de pasar el pincel aplico una bayeta especial mojada en líquido limpiador de gafas, un kit que se encuentra con facilidad en cualquier óptica.

Para terminar tengo por costumbre poner las cámaras a ISO 100, los diafragmas a f/5,6 (un diafragma de seguridad “anti-olvidos”) y el balance de blancos en automático, porque me ha pasado muchas veces que las primeras fotos del día siguiente las he hecho con el ISO 1600 que usé la víspera al anochecer, y es que a uno le cuesta desperezarse…

Finalizada la tarea, con las tarjetas copiadas y borradas y el equipo impoluto ya estoy preparado para reiniciar la marcha al día siguiente.

Correas: No soporto las correas originales de los fabricantes. Para mi gusto son estrechas, rígidas y cuando el equipo es pesado se clavan en el hombro o producen abrasión en la nuca.

Desde hace años uso siempre el mismo modelo de correa, la OP/TECH USA Pro Loop Strap negra, una correa de neopreno muy ancha -el doble de una de serie- ligeramente elástica que suaviza el rebote del equipo cuando caminas y no sufre tanto la nuca.

Cuando el conjunto cuerpo/objetivo que llevas pesa más de dos kilos y lo tienes que acarrear durante todo el día el tema de la correa es importantísimo.

Bueno, pues aquí os he explicado el equipo que he llevado a Etiopía. Cuando termine la serie de reportajes os explicaré si he acertado con él o hubiera necesitado otra configuración. Mientras tanto espero que disfrutéis tanto como yo de las próximas entregas de esta extraordinaria expedición.

 

Índice de artículos.

Etiopía,
Las mil caras de África.   
                                                     19-1-2011
 
Etiopía, el país de la reina de Saba, donde reposa el Arca de la Alianza; la antigua Abisinia cuyos misterios excitaron la curiosidad de exploradores y aventureros, la cuna del café y del Nilo Azul, el país más rico de África en tribus y diversidad étnica. Etiopía, un país de paisajes naturales y humanos de perturbadora belleza. Una tierra tan pobre como hermosa.

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Etiopía:                                                                                                 19-3-2011
un avance de lo que veremos en nuestro viaje.
 
En un mundo que tiende a ser cada día más uniforme y "globalizado", Etiopía ofrece uno de los pocos reductos donde todavía se puede admirar la diversidad cultural y étnica entre seres humanos y su forma de mirar la vida y la muerte. Adentrémonos en el universo étnico de este país y conozcamos sus secretos.

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Tribus de Etiopía: Los Hamer                       3-6-2011
 
El río Omo es un auténtico santuario para el viajero, uno de los pocos paraísos que todavía quedan donde se encuentra la mayor diversidad étnica de África y probablemente del mundo. Allí habita una miríada de tribus que mantiene intactas sus costumbres y formas de vida ancestrales. Para recorrer este territorio salvaje y conocer el fascinante mundo de sus culturas nada mejor que empezar por los Hamer, el grupo más numeroso.

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Tribus de Etiopía
: Los Hamer, el salto de la vaca y las mujeres azotadas.                                       20-8-2011
 
En esta segunda entrega sobre el país de los Hamer, la tribu más numerosa de las que habitan el valle del río Omo, visitaremos sus coloridos mercados y algunas de sus ancestrales tradiciones, como el “Ukulí Kulá”, o salto de la vaca, una ceremonia famosa en toda África y una más de las costumbre atávicas de este misterioso continente.

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Tribus de Etiopía
: Los Mursi, los últimos supervivientes.                                                                             12-1-2012
 
Estamos en el cuerno de África, en Etiopía, también llamada el “techo de África”. Aquí todavía quedan tribus cuya compleja cultura permanece inalterada desde tiempos remotos, entre ellas los Mursi, una de las tribus más primitivas y feroces del Valle del Omo, que a pesar de la creciente influencia del turismo y la intervención del gobierno de la nación mantienen intactas sus costumbres y formas de vida ancestrales.

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Tribus de Etiopía: Los Karo, el pueblo del rio.                                                                                                                 12-10-2012

Continuando con nuestra visita a las diferentes tribus que habitan en el valle del Omo, sin duda alguna la que más se identifica con este gran río es la etnia Karo; su imagen es indisociable del Omo en cuyas orillas y meandros emergen las escasas aldeas de esta tribu.

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